La relación entre tu recién nacido y tus perros: una duda razonable
Hace mucho que sois una familia bien avenida. Pero hay una personita esperando a salir y te preocupa la relación entre vuestro recién nacido y vuestros perros.
Tranquila, si te lo planteas bien y con calma, la adaptación al nuevo componente del clan será coser y cantar.
Solo tienes que tener un poco de paciencia, mucho cariño y llevar a cabo los consejos que te vamos a dar en este artículo.
Durante el embarazo, ¿tu mejor amigo entiende qué está pasando?
¿Crees que tu mascota no se ha dado cuenta aún de lo que sucede? Seguramente sabe más de lo que piensas.
Los perros son muy intuitivos, es así. Pero, además, tienen un olfato muy desarrollado. Y los cambios hormonales de una embarazada no pasarán desapercibidos para ellos.
Así que es posible que tu mejor amigo empiece a recostarse junto a tu barriga con más frecuencia de lo habitual. O que te olisquee de forma insistente. Incluso, algunos apoyan su cabeza sobre la tripita de la embarazada.
Lo hacen como si dieran todo su cariño y comprensión al compañero de juegos que van a tener muy pronto.
Cómo hacerle más fácil la adaptación a los cambios que se aproximan
Lo principal es que el animal no se sienta desplazado al llegar el recién nacido. Al fin y al cabo, tiene sus sentimientos y puede reaccionar igual que un hijo único al tener un hermano. A todos nos cuesta perder terreno.
Por eso, es importante introducir los cambios meses antes de la llegada del bebé.
Así, puede ir acostumbrándose a nuevos horarios, hábitos y formas de relacionaros. Todo, sin que lo asocie directamente al nacimiento.
Eso evitará que vea al pequeño como el causante de sus males.
Y minimizará la aparición de celos y comportamientos no deseados.
Así que, piensa un poco en el tiempo que dedicarás al bebé cuando haya nacido. Plantéate si saldréis a pasear en un momento distinto del día o si tendrá que comer y dormir en otro lugar de la casa.
Cualquier cambio de rutina, tanto de lugares como de horarios y formas de hacer las cosas… tienen que llegar mucho antes que el bebé entre por la puerta de vuestro hogar.
Hablamos de varios meses antes.
Es fundamental que los cambios no sean repentinos. Porque nuestros mejores amigos no toleran que las cosas cambien de la noche a la mañana.
Mejor de uno en uno y de forma gradual.
Por ejemplo, si sabes que no vas a poder dedicarle tanto tiempo, ve reduciendo los paseos poco a poco. Además, fomenta su autonomía, haciendo que juegue solo más a menudo y que lo haga en una habitación distinta a la que estás tú.
Eso hará que lo vea como algo normal tras el parto.
Y si necesita mucha actividad física, ha llegado el momento de que te plantees pedir ayuda a alguien. Que lo empezara a pasear otra persona sería muy útil. Y podríais mantener esa rutina meses después del nacimiento.
Te hará falta ese tiempo. Para el bebé o para descansar.
Eso sí, reserva siempre un rato para tu compañero de aventuras. Necesitan mucho cariño en este periodo de cambios.
Recuerda que no llevan bien las variaciones repentinas en la rutina del día a día.
Otro tema importante son las normas que cumple dentro y fuera de casa.
Revisa e introduce poco a poco nuevas reglas. Sobre todo, si crees que las necesitarás cuando tengas a tu hijo en casa.
Por ejemplo, cuidado con saltar y morder jugando.
Tampoco le des la ropa y los juguetes del peque. Aunque quieras que se familiarice con ellos. Porque cuando nazca, querrá jugar con ellos igual.
Otra cosa que puedes intentar es que vea a otros bebés. Que tenga la oportunidad de observar su comportamiento y cómo le tratan los adultos. Eso hará que sepa qué esperar de vuestro nuevo miembro de la familia.
Además, es bueno que oiga su llanto y perciba su olor. Y, como siempre, paciencia, comprensión y cariño.
Ha llegado el momento de presentar a tu recién nacido y tus perros
A la hora de entrar por la puerta de casa con el nuevo miembro de la familia, se juntan varios dilemas. Por una parte están los cuidados del recién nacido. Por otra, los celos de vuestra mascota. Y, finalmente, la temida conciliación familiar.
Aunque muy pronto tendréis 6 meses de permiso de paternidad y maternidad cada uno, en ocasiones se pueden quedar cortos.
Si intuyes que es vuestro caso, te recomendamos leer el artículo “La conciliación familiar, ¿es posible hoy en día?”.
Pero vamos a centrarnos en este momento clave.
Y es que ha llegado el momento de la verdad. Por fin se van a conocer tus dos grandes amores.
Si la cosa se complica en algún momento entre ambos, puedes empezar a utilizar un sistema de recompensa para que haga lo que necesitas.
Ofrécele un premio las primeras veces y ve espaciándolos cuando veas que va obedeciendo.
(Enlazar al post cuando esté publicado)
Cubrir las necesidades de ambos es importante para que tu bebé y tus perros se sientan queridos y felices
Los dos demandarán tu atención y tus cuidados.
Al principio, lo lógico es que gane la batalla el pequeño. Pero no puedes olvidar que tu mascota lo vive como una situación que él no ha elegido.
Como hemos mencionado antes, si hay algo que tú no puedas hacer, pídeselo a alguien de confianza.
Así, seguirá teniendo su espacio satisfecho y eso se notará en su comportamiento.
Crecer juntos es lo mejor: las ventajas de criar a un niño con una mascota
Y ahora que hemos hablado de todo lo necesario para adaptar a tu compañero perruno a la nueva situación, queremos mencionar las ventajas de que un niño crezca rodeado de animales.
Los niños desarrollan una sensibilidad especial hacia los seres vivos y la naturaleza. Aprenden a jugar en compañía, se hacen responsables de su cuidado y llevan una vida más activa.
Ya ves que tu recién nacido y tus perros pueden ser grandes amigos. Solo tienes que prestar atención a las señales y respetar las necesidades de cada miembro de la familia. ¿Cómo vives la espera con tu mascota? ¿Sientes que sabe lo que está a punto de pasar?